NIEVE

sábado, 30 de diciembre de 2017

SENEGUE VUELTA POR TRAMAFOZ A SATUE JAVIERRE

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Buscando buscando, vas encontrando.

Toca sentarse en el ordenador, queremos algo no muy lejano a Zaragoza, distancia de ruta entre 10-17 kilómetros y de no mucho desnivel acumulado, ya que el compañero que he engañado hoy, lleva una temporadita que no puede escapar a la montaña.

Así que navegando en el fantástico mundo de Internet, encuentro la ruta que vamos a realizar hoy.

SENEGUE VUELTA POR TRAMAFOZ A SATUE JAVIERRE



Pongamos rumbo a Sabiñanigo y de allí a la población de Senegüé. Estacionamos el vehículo, nos echamos nuestras mochilas a la espalda y ya estamos listos para comenzar.

El inicio partirá de la fuente, que esta en un camino a la salida del pueblo. Para hacernos una idea, dejando la carretera a nuestra espalda.





Vamos a cruzar el Gallego por el puente de las Pilas, aquí tendremos la primera sorpresa de la mañana. Ya el nombre es pintoresco, pero el puente en si, lleva historia escrita sobre cada tabla. Eso si, aunque esta en buenas condiciones, a mi particularmente, me hace tragar un poco de saliva. Pero bueno, es muy ancho y nos encanta, tanto cruzarlo como contemplarlo.



Tras las pilas, van las latas, y ahora tomamos un camino que lleva este nombre, entre pinos y robles.




El barranco empieza a asomar a nuestros pies, bonitas pozas y alguna pequeña cascada. Lastima que las tormentas de días anteriores sean culpables de que el agua baje turbia, pero aun así, es digno de contemplar.








Tras terminar el sendero, apareceremos en la carretera de Javierre del Obispo a Satué. Podemos cruzar el barranco por el mismo sendero, o pasarlo por la carretera. Nosotros, primos lejanos de las cabras, optamos por cruzar por piedras y trepar por rocas.



Ahora hemos tomado la opción de acercarnos para conocer la población de Satué primero y después la de Javierre. Así que bordeando la carretera nos acercamos a Satué. Va siendo hora ya de pararnos a tomar un pequeño piscolabis y descansar. Además, aunque el día al principio no prometía mucho, ahora el sol esta haciendo su aparición.








Tras esta pausa, arrancamos para la segunda población.




Una vez visitada volvemos hasta el puente sobre el barranco.


Volvemos a recordar a nuestros parientes lejanos, y retomamos unos metros la ruta antes hecha. Pero más adelante, tomaremos un desvío a mano derecha.

Realizaremos la vuelta por la parte superior del barranco, donde las vistas van superándose y somos recibidos por un bonito bosque de robles.

Al principio, vamos por la orilla, pero sin ningún peligro. Después, nos iremos adentrando.







En un pequeño claro, montamos nuestro picnic y disfrutamos del día y del lugar, incluyendo en el menú, una mini siesta.

Tenemos la grata sorpresa de encontrarnos un bonito detalle para estas fechas, un Belén.



Paso a paso, entre sombras y hojas, a unos dos kilómetros de nuestro punto final, volveremos a coincidir con el camino de esta mañana, el sendero de las latas.









viernes, 29 de diciembre de 2017

PUSILIBRO desde LOARRE

Es Navidad y los excesos se están notando en el cuerpo, así que buscamos un destino cercano con una ruta sencilla que nos permita desentumecer un poco los músculos y nos deje de vuelta a casa a una hora prudente.


Hemos oído hablar del Pusilibro y tomamos rumbo a él. A una hora y cuarto de Zaragoza se encuentra el castillo de Loarre, y junto a el, este pico. Si lo deseáis, podéis completar la jornada con ruta y visita al Castillo. Pero hoy no tenemos tiempo para más.

Hace seis días estuvimos paseando por esta zona, pero no pudimos hacer cima debido a carteles indicadores de caza mayor por el camino. En esa ocasión, optamos por una ruta alternativa por los alrededores y el sol nos acompaña en toda la jornada. Hoy, apenas una semana después, el lugar nos recibe con un capa de nieve que da aun más belleza al lugar.

La meteorología no esta con nosotros, y comenzamos la andada bajo una ligera lluvia, pero nada que pueda con nuestro espiritú.


Dejamos el vehículo en el parking del castillo, y allí, a pocos metros nos encontramos el cartel indicador que nos guiá en nuestro comienzo.


Esta muy bien indicado el sendero para llegar, incluso en un día como hoy, que muchas marcas e hitos quedan ocultos bajo la nieve.



Comenzamos, enseguida nos adentraremos en un pinar. Hallaremos una bifurcación, tomaremos el sendero de la derecha, hacia nuestro destino. Caminaremos por tramos de bosque alternando con claros. En la pista forestal encontraremos un nuevo desvío, un estrecho sendero a nuestra izquierda. (PR-HU 105-b).





Una subida, ya fuera del bosque, nos llevará hasta la cresta, momento de más precaución, pero nada difícil de superar. Andaremos por la izquierda de ella, con cuidado debido a la nieve, pero sin miedo ni peligro ya que la ladera de la derecha no es muy pronunciada.








El sendero se va ampliando y al poco, el ultimo cartel indicador. Ahora ya, la meta esta a poca distancia.





Cada metro que subimos, el paisaje esta más blanco, a juego con el cielo. Y aunque esto nos impide tener vistas, le da un encanto especial al entorno. Pasear entre arboles nevados, pisando una esponjosa alfombra de nieve, es un placer y hace que en varias ocasiones nos paremos, y nos dejemos envolver por la paz que despide el lugar.




Ya, el vértice geodésico esta ante nuestros ojos y una ultima sorpresa nos espera. No se quien tendrá como labor colocar los “belenes” en estos lugares, pero espero que sepa de la sonrisa de gratitud que escapa de nuestros labios.



Un poco de reposo, un momento de contemplación, y como el tiempo no permite relajarse más, retomamos el camino de vuelta. En un principio, la ruta de hoy iba a ser circular, volviendo al castillo por otro camino, pero por hoy, ya hemos tenido suficiente y decidimos volver al vehículo por donde hemos venido. No vamos a estirar más nuestra suerte y es mejor volver por nuestros pasos.

Ahora si, tenemos más precaución por las bajadas con nieve son más complicadas y admito que la parte de mi cuerpo al final de la espalda, toco en, al menos dos ocasiones, el suelo blanco.









Aniés


Aniés